Nada nutre más al amor que la paciencia.
Es la cualidad que nos ayuda a esperar, entender y tener esperanzas.
A veces parece quedar olvidada en un mundo que avanza a doble velocidad.

La paciencia significa mantener la serenidad y la contemplación frente a las desilusiones y los fracasos.
No obstante, queremos acción, queremos soluciones, queremos respuestas. Y queremos que lleguen inmediatamente. Esta filosofía es la responsable de juicios apresurados, que causan mucho dolor y desesperación innecesarios.

En el amor, las respuestas más importantes llevan tiempo, y ese tiempo debe estar lleno de esperanzas y vacío de presiones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario