Me muerdo los labios para no llamarte, me queman tus besos, me sigue tu voz; pensando que hay otra
que pueda besarte, se llena mi pecho de rabia y rencor.
Prendida en la fiebre brutal de mi sangre, te llevo muy dentro, muy dentro de mí; te niego, te busco,
te odio y te quiero, y tengo en el pecho un infierno por ti.
Te odio y te quiero, porque a ti te debo mis horas amargas mis horas de miel; te odio y te quiero,
vos fuiste el milagro, la espina que duele y el beso de amor;
por eso te odio, por eso te quiero,con todas las fuerzas de mi corazón.
No quiero nombrarte y busco en las copa el vino de olvido que nunca se da; pensando en arrancarte
busqué en otras bocas el beso que borre tu beso inmortal.
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